jueves, 5 de junio de 2014

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LOS MICROORGANISMOS EN EL SUELO

LOS MICROORGANISMOS EN EL SUELO





La materia que forma parte del planeta sufre numerosas transformaciones al ser utilizada por los seres vivos. Algunos minerales son asimilados por los organismos foto sintetizadores (como plantas y cianobacterias) que los incorporan a sus estructuras y órganos y  utilizan para cumplir distintas funciones metabólicas. A su vez, cuando un ser vivo se alimenta de otro, incorpora esos elementos químicos a través de la cadena alimentaria, y en algún momento retornan al ambiente, ya sea al agua, suelo o aire como parte del ciclo de la materia. A través de estos ciclos y con el uso de energía, la materia se va transformando.
Cuando las plantas y animales cumplen sus ciclos vitales, o cuando eliminan desechos o desprenden partes de su cuerpo (hojas, por ejemplo), estos componentes son descompuestos por numerosos hongos y bacterias, y vuelven al ambiente en estructuras más simples que pueden ser reutilizados por los productores. Así los descomponedores tienen importancia no solo en la cadena alimentaria, sino en la producción de materia orgánica fértil, es decir el humus del suelo.
A medida que el hombre comenzó a cultivar plantas para su consumo, estos elementos del suelo se fueron extrayendo junto con las cosechas. Tras años de agricultura, para mantener la fertilidad de los suelos, se hace necesario reponer esos minerales. Es por ello que los agricultores utilizan fertilizantes químicos y de esa forma aseguran grandes rendimientos.

CICLO DEL NITRÓGENO

El nitrógeno es uno de los minerales fundamentales para las plantas, y si bien el 80% de la atmósfera está compuesta por N2, éste no es fácilmente asimilable por los organismos. Si bien en la agricultura es costumbre utilizar fuentes de nitrógeno químico, existen microorganismos que son capaces de utilizar el nitrógeno atmosférico. A través de métodos biológicos. Ciertas bacterias y cianobacterias tienen la capacidad de llevar a cabo una reacción química mediante la cual el nitrógeno atmosférico es transformado en amoníaco. En el suelo, el amoníaco es transformado en nitritos y posteriormente en nitratos por diferentes tipos de bacterias que actúan en cada paso.

Las plantas sólo pueden absorber el nitrógeno del suelo disuelto en agua en forma de nitratos, y lo utilizan para formar las proteínas. Los animales en cambio, consumen nitrógeno al ingerir las proteínas de las plantas, cuyos aminoácidos participan en la formación de las propias proteínas. Cuando las plantas y animales mueren o eliminan desechos, los microorganismos descomponedores transforman los compuestos nitrogenados en amoníaco. En esta etapa las bacterias convierten el amoníaco en nitratos y una pequeña parte en nitrógeno atmosférico, con lo cual se completa el ciclo.





MICROORGANISMOS QUE ASIMILAN EL NITRÓGENO


Existen diferentes tipos de microorganismos procariotas que asimilan N2 atmosférico y lo convierten en compuestos nitrogenados fácilmente asimilables que devuelven al suelo su fertilidad. Estos seres vivos pueden estar libres, asociados o constituyendo simbiosis.
Ciertas bacterias ampliamente distribuidas en suelos, aguas y heces y algunas especies de algas verdeazules (cianobacterias) que se desarrollan independientemente sobre rocas y sedimentos en las costas de los cursos de aguas, fijan N2 y lo liberan al medio y éste puede entonces ser aprovechado por otros organismos.
Otros microorganismos, en cambio, viven asociados y pueden fijar N2 en lugares donde la concentración de oxígeno es muy baja. Un caso es el de bacterias asociadas a raíces de gramíneas o pastos, donde aprovechan azúcares y otros compuestos exudados por la planta para fijar ciertas cantidades de N2 que eventualmente son asimiladas por las plantas. Un ejemplo de estas bacterias es Azospirillum que se asocia a raíces de trigo y maíz.
Otras asociaciones se dan con bacterias endofitas que penetran y viven en el interior de gramíneas en los espacios intercelulares y se mueven por los vasos del xilema. Entre ellas están el Acetobacter y Herbaspirillum que se asocian con la caña de azúcar y Azoarcus capaz de asimilar N2 invadiendo las raíces de arroz.
Entre estos microorganismos algunas bacterias tienen gran importancia porque en determinadas condiciones sintetizan sustancias estimuladoras del crecimiento vegetal, tales como, vitaminas, ácido indolacético, ácido giberélico o  citoquininas. Es por ello que se las conoce como “promotoras del crecimiento vegetal”. Además, son capaces de producir sustancias fungistáticas que inhiben el crecimiento de importantes hongos del suelo que afectan a las plantas, como Fusarium, Alternaria, Penicillium y Rhizoctonia. Esto permite que las bacterias sean usadas en planes de control biológico de patógenos (biocontrol).
Finalmente, hay otros tipos de microorganismos capaces de utilizar el nitrógeno atmosférico al vivir en simbiosis con otros seres vivos:
1) Las bacterias Rhizobium que se asocian con un grupo muy grande de plantas leguminosas (chaucha, arveja, poroto, maní, lenteja, soja);
2)  Las bacterias Frankia, capaces de asociarse con más de 250 especies de plantas no leguminosas, denominadas plantas actinorrícicas que colonizan suelos pobres en nitrógeno.

Existen otras asociaciones simbióticas como las formadas entre plantas vasculares y cianobacterias (algas verdeazules). 



LOS MICROORGANISMOS Y LA AGRICULTURA

LOS MICROORGANISMOS Y LA AGRICULTURA


En el suelo conviven numerosos tipos de organismos microscópicos como bacterias y hongos, que pueden ofrecer grandes beneficios. Estos microorganismos contribuyen en la formación del suelo ya que participan en la degradación de la materia orgánica y en los ciclos de elementos como el carbono, nitrógeno, oxígeno, azufre, fósforo, hierro, entre otros. Estas sustancias aportan a la fertilidad del suelo y son utilizados por los seres vivos en su metabolismo. Además, muchos de estos microorganismos viven alrededor de las raíces de las plantas e influyen en su crecimiento, y tienen gran importancia para los cultivos agrícolas como las leguminosas y algunos forestales. El crecimiento de las plantas es estimulado por estos microorganismos del suelo que ayudan a absorber nutrientes y las protegen o evitan el ataque de microorganismos patógenos (ver Cuaderno Nº 93).

En la actualidad, biólogos, microbiólogos y ecólogos estudian las comunidades microbianas del suelo en busca de microorganismos beneficiosos que puedan ser utilizados en la agricultura, para proteger los cultivos del ataque de plagas o enfermedades, como fertilizantes “amigos” del medioambiente (biofertilizantes), para la limpieza de ambientes contaminados (biorremediación), en la alimentación y otras industrias.